"All That Jazz" La receta: Vivaldi, Visine, Alka-Seltzer y Dexedrina

Nos encontramos ante la finalización de la primera década de este recién estrenado siglo XXI. Aparentemente, las dos primeras décadas de cada siglo, son las más revolucionarias, las más artísticas, las más inquietantes y las que conllevan mayor responsabilidad. En esta recta final del año 2009 volvemos la vista atrás. Parece ser que, la recuperación de musicales reconstruyéndolos en su armadura y sacándolos de los baúles, está más de moda que nunca.
Dado que la aparente falta de imaginación es patente en todas las naciones de nuestro planeta, debemos recurrir a los grandes de otra época. Al menos podemos contar con eso.
Y uno de los grandes, sin duda, fue Bob Fosse. ¿Quién no recuerda Chicago, Cabaret o Sweet Charity? entre otras grandes obras de este coreógrafo, showman, guionista y otros tantos adjetivos descriptivos.
Cualquiera que supere la treintena, habrá disfrutado con cualquiera de los espectáculos anteriormente mencionados. Es obvio que, para aquellos que ni siquiera hayan sobrepasado la veintena, tendremos que decir que para crearse una buena base musical y lo que significa el espectáculo con mayúsculas, uno de los caminos a seguir es Bob Fosse.
Buena prueba de ello es la película "All That Jazz". Podríamos traducirlo como "Cosas por el estilo". Ya sabéis en frase coloquiales como: "Si, ya sabes... ésto, lo otro y 'cosas por el estilo'"
Podríamos definirlo como una coletilla muy utilizada dentro del espectáculo para definir lo indefinible.
Con una cara cómica y trágica de la vida de un ser humano, esta película, medio autobiográfica, refleja la ascensión y el descenso a los infiernos de cualquier artista. Deberíamos decir de cualquier persona pero, hay algo evidente, ser artista no es sólo una profesión, es un estado de vida y en ello se difiere la mediocre realidad de la realidad imaginativa.
La película es un enfrentamiento continuo por aceptar la muerte de uno mismo. Sería maravilloso poder enfrentarse a la muerte de una forma tan artística y con tanta fe en tu propio espíritu, sin necesidad de creer en seres superiores. Ojalá todos tuviésemos la oportunidad de dirigir de forma tan excepcional la película de nuestras vidas y al final, saber mantener una conversación, cara a cara, con nuestra muerte, amándola como una parte más de nosotros.

No podemos dejar a un lado la maravillosa música que contiene la película. A destacar la impresionante versión de "Take off with us" (Vuele con nosotros) que realiza Sandahl Bergman y Coro. Una visión muy sensual de un número que, jamás se representa en la película pero que, tan sólo asistiendo a los ensayos consigue trasladarnos a su mundo y no hay duda de que transmite el erotismo al más puro estilo de los grandes espectáculos.
Sin necesidad de añadir nada más, tan sólo queda recomendar esta película a todos aquellos que quieran conectarse con el mundo del espectáculo de forma real y para aquellos que consideren que deben analizar, al menos, una parte de su vida.
Disfrutádla!!!

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