ZERO (de 0 a 120)

Comunicado Oficial

Con motivo de las noticias aparecidas a raíz de la publicación en el BOE del Concurso de Acreedores en el que está inmerso la sociedad editorial Zeropress SL, queremos confirmar esta situación que amenaza la continuidad de la actividad de la empresa. Aún así, la próxima semana publicaremos el número 120 de la revista Zero, en la que se explicará con más profundidad la crítica situación económica por la que atravesamos, y el cambio de modelo que afecta a los medios escritos y de comunicación en general, así como a la publicidad, y a la economía media española.

La Revista Zero, como medio social que nos definimos, y por su naturaleza de trabajo en red con los agentes, profesionales, grupos y organismos LGTB españoles, proyecta poder continuar en 2010 con su función de servicio en la forma que determine legalmente el Concurso de Acreedores, y según las circunstancias y soluciones estructurales posibles que lo permitan.

A principios de año, el empeoramiento general de la crisis, y en particular, de la publicidad en los medios y las empresas que la contratan (algunas de las cuales cerraron o cortaron su servicio abruptamente con medios como el nuestro), produjo en numerosas empresas del sector, como en Zero, graves daños económicos, que han ido sumándose al resto de factores de la crisis económica general.

En la secuencia de factores determinantes en el empeoramiento de los medios, la banca ha estrangulado a empresas medianas como la nuestra, retirando sin concesiones la financiación habitual (líneas de crédito, descuento y avales), lo que impide seguir con la actividad de las sociedades y de los autónomos que las sustentan (otro colectivo ignorado y maltratado por las inexistentes políticas al respecto).

Así mismo, se ha producido un repliegue de posibles inversores o grupos de comunicación, interesados en Zero durante el mismo 2008, que han llegado a cerrar medios importantes como Metro, o los digitales ADN, Soitu y LaNetro, y cuyos planes suelen requerir el despedido de personal y el recorte de la función social de los medios, políticas de empresa que no compartimos obviamente.

Como colofón, resaltamos la inexistencia de los prometidos créditos ICO a las empresas medianas (de liquidez, expansión u otros fines) que no avala el Estado como se promete, y que todos los bancos niegan, también a Zeropress. De esta forma, entendemos que empresas de probada innovación, función social y generación de puestos de trabajo directos e indirectos (con más del 60% de la facturación en personal, especialmente jóvenes), no cuentan en nuestro país con ninguna financiación, ayuda, subvención o plan específico, público ni privado, y menos aún ante una crisis, que debería servir de acicate para reestructurar la economía y fomentar la creación y desarrollo de las medianas y pequeñas empresas, que son la mayoría del tejido productivo.

Finalmente, asumir personalmente, en nombre de la revista, los problemas ocasionados a lectores, trabajadores y empresas afectadas, a las que prometemos buscar las soluciones, que aún demandarán tiempo, y agradecer los muchos apoyos recibidos desde todos los sectores, incluidos los medios de comunicación y sus profesionales.

Miguel Ángel López
Editor de la Revista Zero
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Poco a poco, vamos deshaciendo los logros conseguidos en la última década del s. XX para comenzar un s. XXI, retrogrado y conservador. La conveniente "crisis" mundial, ha reconvertido ha los más progres (actitud que una persona tiene cuando esta en la veintena) en empresarios burgueses y con las miras puestas sólo en la economía.
Desde luego, en el Estado Español, las cosas van de mal en peor pero, como siempre, nos miramos el ombligo y echamos las culpas a otros. Es la forma de ser de la gente española. Queremos ser políticamente correctos, llevarnos bien con los vecinos, no tener salidas de tono, comportarnos como ingleses tomando el té, pero el té del s. XIX y eso, no lo conseguimos ni a menor escala. Los españoles, tendemos a cambiar como el aire.
Para colmo de males, cuando la gente no obtiene lo que cree por derecho, tiende no sólo a aburguesarse sino, que se encierran en un temible giro a la derecha creyendo de éste modo, que su economía estará a salvo, sacrificando de ésta forma cualquier tipo de libertad. Esto ocurre, incluso, incomprensiblemente, entre la comunidad homosexual. Uno de los grandes misterios del ser humano, aún por descubrir es, cómo es posible ser homosexual y querer estar al lado de los que en el momento que les den la oportunidad, no sólo marginaran a sus "desiguales" sino que, serán tratados como material de deshecho. Sólo recordar que hasta bien entrado los años ochenta, en el Estado Español existían leyes que dejaban con el culo al aire a todas las personas consideradas homosexuales.
Por favor, las clases de historia pueden ser un rollo pero, al menos, hay que leer un poco sobre la historia más reciente del lugar donde se vive.
La gente más joven puede llegar a creer que sus libertades son como la PlayStation, algo que ya estaba cuando nacieron pero, los mas maduros tenemos el deber de recordarles que, todo ello es debido a una serie de movimientos de revolución para que ellos tuviesen una vida mejor.
La tan conocida y venerada "movida madrileña", estaba formada por muchos de los que ahora se sientan en buenos sillones de piel (que no skay) y tiene a su cargo, a más o menos empleados para llevar sus fines a cabo.
Estos "progres" también iban de "litronas" también fumaban "petas" y también eran rebeldes con sus padres. Estos "progres" creían que las cosas se podían hacer mejor, que la década de los sesenta no había dado los resultados que se esperaban, que la política podía ser diferente, que si uno luchaba, no por ser mejor sino por ser igual, obtenía un buen resultado para todos.
Si echamos la vista atrás veremos que nuestros abuelos y bisabuelos, eran más modernos y más abiertos de mente que cualquiera de nosotros. Hasta la segunda década del s. XX la gente supo mantener su ilusión y su vista puesta en un futuro de felicidad al día.
Hoy, que nos encontramos al fin de la primera década de este siglo, lo único que se puede decir es que el ser humano sigue cayendo en su propia desesperación.
Creemos que todo está conseguido. EE.UU. tiene un presidente negro y todos decimos, ¡oooooh, cuánto hemos conseguido! Las mujeres ocupan cargos de relevancia y todos decimos, !ooooooh, cuánto nos hemos igualado! En algunos países los maricas se casan y todos decimos, !oooooh, qué modernos que somos! Se podría seguir sermoneando, como si desde un púlpito hablásemos pero, sigue sin servir de nada.
El individualismo, es nuestra norma diaria. Qué importa si el de al lado está peor que yo, YO soy el que tengo el deber de estar bien. YO, soy el que tiene los derechos. YO, soy el que marco mis límites. Este "YO", somos cada uno de nosotros. Para demostrárnoslo, solo debemos caminar por cualquiera de nuestras ciudades. ¿Acaso ya no enseñan educación cívica en los colegios? y lo más grave, aquellos que fueron enseñados, ¿lo han olvidado? porque ni siquiera la gente sabe caminar por las calles, no saben que se circula por la derecha, que se deben ceder los pasos, que no es necesario ir chocándose con todo el mundo. Somos patéticos.
A todo ello, le sumamos la afluencia masiva de gente. Las jornadas de puertas abiertas en los países se han convertido en las jornadas de "aquí ya no se cabe pero, lo hemos jodido todo".
Y ahora, el cierre de una revista que, podemos opinar que es mejor o peor pero, cumplía su función y no era una simple función. Zero, nació en los brazos de una comunidad ávida de reconocimientos de libertades, con ganas de trabajar en los sueños de cada uno de nosotros. Abría una ventana, a veces incluso para algunos podía resultar tan grande como un super mercado, a aquellos que no tenían la oportunidad de acceder a todo lo que la gran ciudad podía ofrecerles, al menos viendo sus páginas.
No debemos olvidar, los que vivimos en una gran ciudad, a la gente que vive en pequeñas ciudades o pueblos. Personas que, aún con miedo, llegaban al kiosco de su plaza mayor a pedir su ejemplar, a sabiendas de que hablarían a sus espaldas.
Gente joven que, gracias a la normalización de las cosas, planteaban su homosexualidad a sus padres y amigos, sin ningún tipo de pudor. Podríamos seguir citando ejemplos de lo que Zero representaba pero, como siempre, no servirá de nada.
En el Estado Español, es la única revista (no gratuita) declarada abiertamente gay y ahora, nos quedaremos sin ella. Los años de bonanza no nos han servido para aprender que, estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, como ciudadanos y como país. Cómo si del tan citado "sueño americano" se tratase, se vendió España, como el país de las oportunidades, como si el final del arco iris estuviese aquí. Y ahora, al final del arco iris no encontraremos la tan codiciada olla repleta de monedas de oro sino que, encontraremos solo éso, el final de nuestro arco iris.
La crisis no es culpa de nuestros políticos actuales, sean cuales sean, la crisis es culpa nuestra. Empecemos a ser responsables de nuestros actos.

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