"Κυνόδοντας"...con dientes muy afilados

Una de las películas más esperadas y más premiada en los últimos meses ha sido "Canino" (traducción al castellano de "Κυνόδοντας" - "Diente de perro" es la traducción literal) del director griego Yórgos Láncimos (Γιώργος Λάνθιμος). Tras haber obtenido premios en el Festival de Cannes, Festival de Cine de Dublin, Festival de Cine de Sarajevo, Festival de Cine de Sitges y en el Festival Internacional de Estocolmo, llega por fin a las pantallas del Estado Español.
Para conocer un poco más de esta película, los siguientes párrafos de Babel nos guiarán a las revelaciones de dicha película.

[...] "Para Platón, la ignorancia es una forma de esclavitud. Solo el espíritu crítico podrá liberarnos de semejante manipulación. Todo esto tiene que ver con el proceso de crecimiento, de madurar y hacerse adulto, cuando comenzamos a cuestionar las ideas y creencias que nos han transmitido aceptando que muchas de ellas no solo no son determinantes sino cuestionables o simplemente falsas. Pero la caverna nos recuerda siempre otras formas de esclavitud que persisten a lo largo de nuestra vida, como puede controlarse y manipularse a la gente llenando sus cabezas de imágenes engañosas o falsas sobre el mundo.[...] En cierta medida podemos llegar a ser los prisioneros de Platón, controlados por otros porque aceptamos las imágenes que se nos presentan como reales. La falta de espíritu crítico nos impide demasiadas veces captar la realidad de nuestras circunstancias.[...] "Canino" se basa en un principio similar. La película nos habla de la manipulación de la familia y del poder de los adultos, especialmente sobre los niños, la importancia de educar en actitudes críticas, la construcción de la personalidad y el peso de la adherencia a determinadas ideas y concepciones del mundo implícitas en la educación que recibimos. Y de como la manipulación psicológica puede alterar seriamente el sistema normal de representación de la realidad que percibimos. Una alegoría de la manipulación que supone una educación rígida e intransigente que podría ser trasladable más ampliamente al terreno político, al papel social de la Religión o a la intolerancia frente a otras culturas, tema tan rabiosamente actual. La familia que representa Láncimos (Λάνθιμος) vive a las afueras de la ciudad confinada en una casa rodeada por un alto muro. Los tres hijos, ya adultos, jamás han salido de la casa ni tenido contacto con el mundo exterior. Su educación, sus juegos, sus aficiones, incluso sus sentimientos, se ajustan al modelo impuesto por el padre. Son autómatas de comportamiento casi robótico cuyo lenguaje ha sido también tergiversado. Un avión es un juguete, una excursión un material muy resistente con el que se fabrican los suelos, el mar es una butaca de cuero o un teléfono es un salero. La única persona que entra en la casa es Christina, la guardia de seguridad de la empresa familiar de la que subsisten. Ella será quien, a través de un regalo que hace a una de las hijas, rompa la perfecta geometría en el que se mueve esta particular familia.



[...] Hacía mucho tiempo que el cine no lograba hacer que me tapase la cara en determinadas escenas, obligarme a girar la vista para no ser cómplice de los momentos más escabrosos de violencia, incesto físico, psicológico, o frías autolesiones. En este sentido, "Canino" puede alinearse con la ambivalencia moral retratada magistralmente por Passolini en películas como "Saló", donde el intercambio de información nos obliga a adoptar la perspectiva del torturador mientras la cámara observa sus víctimas sin piedad. Con una distancia extraña e inquietante. No hay música, ni puesta en escena dramática, pero el espectador asiste a muestras inclementes de crueldad desaprensiva, hierática, recorrida por toques de humor negro y corrosivo, dentro de un universo absurdo pero posible.
En una parte de la película el retrato de la violencia adquiere una dimensión meta-fílmica: gracias a "Rocky" y a "Tiburón", obtenidas al azar del chantaje, una de las hijas abre la puerta a un mundo exterior más allá de la familia, de su propio idioma, de su vivencia del sexo o de la violencia contenida que embarga a los habitantes de la casa. La desesperación de este personaje es casi delirante, como si las películas fueran la única salida posible para su cuerpo imaginario magullado por los dientes de un escualo o los puños de Stallone. La imagen de las hijas bailando una danza en honor a su padre, casi idéntica a la que 30 años atrás filmara Kubrick en "El Resplandor", con sus cuerpos robóticos, desposeídos y desplazados de la realidad es una de las más conmovedoras de la película.
Un film absolutamente imperdible y recomendable, una rara avis en el escuálido panorama cinematográfico actual, poderosa y repleta de significado que demuestra, además, cómo se puede hacer una obra maravillosa con muy poco presupuesto. Lástima que "Canino" termina de modo tan abrupto, pues la acción se interrumpe en pleno apogeo dejando la resolución al espectador. En ese momento te dan ganas de pedir la devolución de la entrada. A pesar de que esto me produjo una enorme rabia, he de reconocer que mereció la pena.
Solo se ha distribuido en algunos cines, en versión original y en pocas ciudades españolas. Muchos tendrán que esperar al DVD o pedirla prestada a algún internauta. Sea como sea, no se la pierdan.
" [Fuente: Babel, "Puerta de Babel"]

Yórgos Láncimos viene pegando fuerte, en este su tercer largometraje lleno de denuncia social. Esperemos que siga el camino que ha decidio iniciar pues, pocas veces en la vida se toman tan acertadas decisiones.

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