"El Discípulo" - E.R.Barrachina

De niño, Jesús asiste a la muerte de su padre, José, en un enfrentamiento con las tropas romanas. Años más tarde se convierte en el discípulo predilecto de Juan El Bautista, líder de un grupo de Macabeos que anuncia la llegada inminente del Reino de los Cielos cuya primera consecuencia es la expulsión de los invasores romanos.
Cuando Juan Bautista es decapitado, Jesús se pone al frente del grupo y organiza el asalto al templo de Jerusalén.
De esta manera, los mismos hechos conocidos de los Evangelios adquieren un carácter completamente distinto. El proyecto está basado en las últimas investigaciones realizadas, lo que enmarca a la película en un factible contexto histórico. [Fuente: Ircania.com]
Con esta sinopsis se nos relata la idea principal de esta prometedora película, en la cual tanto los creyentes como los ateos, podrán disfrutar de una visión particular de su director E. R. Barrachina.
Escritor, Guionista y Director, Barrachina lleva tras de sí un excepcional currículum y no se ha aventurado en este proyecto sin antes haberse empapado bien de historia, algo muy recomendable, tanto para los más creyentes como para aquéllos que nunca decidieron creer.
Así, en los apuntes sobre las investigaciones se nos dice:
"Una línea de investigación cultivada por notables estudiosos. La interpretación de Jesús de Nazaret defendida por la película “El Discípulo”, de Emilio Ruiz Barrachina, es la siguiente: Jesús no fue sólo el judío profundamente religioso, pacífico, amante de los pecadores, predicador de la bondad y del futuro reino de Dios, base y fundamento de la religión cristiana, sino también y ante todo un dirigente espiritual de un grupo de judíos del siglo I de nuestra era, seguidores primero de Juan Bautista y luego discípulos suyos, comprometidos de corazón con la liberación religiosa del pueblo judío. La liberación política de la tierra de Israel del yugo de los romanos formaba parte importante del ideario religioso de este grupo, puesto que religión y política iban ligadas en este tiempo.
En la película “El Discípulo”, Jesús no es presentado simplemente como un galileo armado, preocupado sólo o casi especialmente por la violencia física, la única capaz de expulsar a los romanos de su amada tierra, sino como un dirigente espiritual que —con ciertas dudas y tormentos interiores, y un tanto a su pesar— acepta la herencia espiritual de Juan Bautista, su maestro. En la práctica ésta le lleva a conducir espiritualmente a un conjunto de gentes religiosamente comprometidas a una empresa semimilitar, orientada a apoderarse del templo de
Jerusalén, incluso por la violencia si fuere necesario, para “forzar” a Dios a que interviniera finalmente con su potente brazo y liberara a Israel de la presencia de extranjeros impuros, los romanos. Esta emancipación sería el primer paso, necesario, para el cumplimiento pleno de la ley divina, y para la instauración del reino de Dios sobre la tierra de Israel, conforme a las promesas divinas repetidas innumerables veces a través de los profetas en las Escrituras sagradas.
La película presenta, pues la perspectiva de que no se debe considerar a Jesús un miembro activo del movimiento celota, sino más bien un simpatizante de su espíritu, con el que estaba fundamentalmente de acuerdo. Pero Jesús no se retrajo de algunas acciones violentas como la purificación del Templo, en verdad un auténtico ataque armado contra la oligarquía sacerdotal. La posición política de Jesús era perfectamente consciente y voluntaria. Él era un dirigente dinámico y responsable, no sólo un visionario arrastrado por las circunstancias. Al atacar el Templo, Jesús se concitó la animosidad de toda la clase sacerdotal elevada de la capital.
Esta tesis puede ser sorprendente para un lector cristiano de hoy día, acostumbrado al ambiente religioso general de un país de tradición cristiana, a la educación religiosa usual, o a los sermones dominicales. Sin embargo, este supuesto ha estado siempre presente en el estudio serio y científico de los Evangelios, y del Nuevo Testamento en general, desde los inicios mismos de la
investigación crítica de los orígenes cristianos.
Como afirma un investigador nada sospechoso de parcialidad a favor de esta tesis, David Castchpole, en su obra de 1971, The Trial of Jesus (“El proceso de Jesús”) han sido más de 300 los Desde 1768 han sido más de 300 los investigadores serios que han sostenido esta posición.
Por tanto, la película representa los resultados de una línea de la investigación moderna sobre Jesús cuyas perspectivas deben ser al menos tenidas en cuenta.
" [Fuente: Ircania.com]



Para dar ese enfoque humano e histórico a la vida Jesús, el director se ha basado en los últimos estudios internacionales sobre su figura, en una investigación propia realizada a lo largo de quince años y en libros canónicos antiguos que ha traducido en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid con el fin de reconstruir su historia sin interpretaciones.

Pese a ello, el director admite que también se ha tomado ciertas licencias, como presentar a un Jesús cojo, al que hirieron de niño cuando mataron a su padre. "Son matices que he añadido intentando ser lo más realista posible ¿Por qué en el Monte de los Olivos los romanos sólo pillaron a Jesús? Pues quizá porque era cojo", señala Barrachina. [Fuente: hoycinema.com]

Más información en: El Discípulo "La película"

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